Y sí, “así en un cerrar de ojos” como diría la abuela se está yendo el año y el otoño ya está aquí. A nivel simbólico, el otoño se asocia a la madurez o al ocaso de la vida. Por ejemplo: “Nunca pensé que, en el otoño de mi existencia, volvería a enamorarme”, “El cantante sabe que está transitando el otoño de su carrera y desea retirarse con una última gira”. Y aunque puede sentirse como algo melancólico, mejor como cada año, investiguemos cuáles serán las nuevas tendencias para esta temporada en bebidas.
Comencemos por el regreso del vermouth, aunque podría pensarse que en México no es una bebida muy popular, últimamente ha ido agarrando más y más fuerza, a tal grado que incluso ya se han abierto lugares especializados, empiezan a surgir nuevas marcas de pequeños productores y no solo eso; sino que también empiezan a aparecer marcas de larga tradición.
Otro destilado de tradición que también está viendo su popularidad crecer es el Aquavit, una especie de aguardiente que se produce a partir de papas o granos, pero a diferencia del vodka o la ginebra, esta se aromatiza con hierbas un poco más intensas como las semillas de alcaravea, hinojo, eneldo, comino y amomo. Lo que da como resultado una bebida un tanto compleja, de color ligeramente ambarino y donde claramente las notas de las especias serán las protagonistas.
El anís, de esos licores que amas u odias con todo tu corazón, también es una de las bebidas que empiezan a tomar más fuerza en estas épocas otoñales, existen varias versiones como ya lo vimos en otro artículo, pero digamos que entre las más comunes que se consumen en México son el Chinchón que es la versión de anís español, también podemos encontrar Sambuca que es la variedad italiana, la cual puede ser blanco o negro; el cual obtiene justamente su color negro y sensación en boca aterciopelada gracias al regaliz.
El siguiente es el bourbon, tanto en su versión tradicional como en aquellas que llegan a tener adjuntos, ya sea miel, algún tipo de azúcar, canela, y el favorito de la temporada, la versión de centeno. Estos tradicionalmente se toman derecho, pero como no estamos en ninguna película del viejo oeste, servido en las rocas o incluso en coctelería, no es mala opción en absoluto. Ya que debido a su complejidad e intensos sabores no llega a perder protagonismo cuando se mezcla.
Y por último tenemos al licor Chartreuse verde, este licor a base de hierbas; de las cuales se desconoce la mezcla, ya que este secreto es compartido de monje en monje, generación tras generación, y aunque no está patentada, se desconoce por completo su composición; es posible percibir el carácter fuerte de la clorofila, proveniente de la mezcla de hierbas, así como un sutil dulzor además de un cuerpo medio aterciopelado. Este suele tomarse en las rocas como la mayoría de los licores, pero también es posible usarlo en un coctel.
Si vemos, básicamente lo que se busca son aquellos sabores más complejos y especiados, aquellos que nos den una especie de abracito a la pancita, y que reconforte una tarde fría que nos empieza a preparar para el invierno.